Todos sabemos que la actividad física es buena para la salud, pero ¿hasta qué punto somos conscientes de sus múltiples ventajas? En el artículo de hoy vamos a explicar en qué aspectos concretos deporte y salud se relacionan y por qué es buena idea fomentar la actividad física y el deporte en los más pequeños.
Además, te damos algunas pautas para conseguir que a tus hijos les encante mantenerse activos, algo que les reportará enormes beneficios también en la edad adulta.
¿Qué beneficios tienen los hábitos deportivos en la salud de niños y adolescentes?
Practicar actividad física tiene unos claros beneficios sobre la salud de los niños y los adolescentes, que resumimos a continuación:
- Mejora la salud cardiovascular: si quieres que tu hijo tenga un corazón y unos pulmones más fuertes, menos probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas y una mejor capacidad cardiovascular, anímale a hacer deporte.
- Previene el sobrepeso: la actividad física y el deporte ayudan a que los niños mantengan un peso saludable, lo que a su vez previene numerosos problemas de salud.
- Promueve el desarrollo muscular y óseo: los músculos y huesos se vuelven más fuertes, algo especialmente importante en la etapa de crecimiento.
- Cuida su salud mental: con la actividad física liberamos endorfinas, unas sustancias que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés, la ansiedad y la depresión, también en los niños.
- Fomenta las habilidades sociales: el trabajo en equipo que requieren la mayoría de los deportes es útil para fomentar desde el principio habilidades sociales como la cooperación y la amistad.
- Aumenta la coordinación y la agilidad: las habilidades motoras se ven beneficiadas y eso puede ser muy ventajoso en otras muchas áreas de la vida de los pequeños.
- Fortalece su autoestima: al alcanzar metas y mejorar su rendimiento en una determinada actividad física, tu hijo desarrollará una mayor confianza en sí mismo.
- Establece hábitos de vida saludables: normalmente, los niños que practican deporte tienden a llevar un estilo de vida más saludable, sobre todo en términos de alimentación y hábitos de sueño.
- Reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas: un ejemplo de ello es la menor incidencia de diabetes tipo 2 en la edad adulta en los casos en los que se ha practicado deporte de forma regular en la infancia.
Por otra parte, son numerosos los estudios que han establecido un vínculo directo entre el deporte y la salud visual de los más pequeños. Así, entre otros resultados contrastados, sabemos que practicar deporte permite desarrollar una buena agudeza visual de lejos y otras habilidades visuales. Además, los niños que hacen actividad física al aire libre han demostrado tener un menor riesgo de sufrir miopía.
¿Cómo fomentar la actividad física en los más pequeños?
Ya sabes lo positivo que es que tu hijo se mantenga activo, pero ¿cómo conseguirlo? Aquí tienes algunas buenas ideas:
Ajusta las actividades a su edad y preferencias
Incluso desde los dos años es bueno que practiquen actividades físicas, pero no es lo mismo un niño de esa edad que un adolescente de 14 años, por ejemplo. Es importante que hables con tu hijo para saber qué le gusta hacer y fomentar esa actividad en la medida de lo posible. De esta forma, conseguirás que establezca una relación positiva con el deporte.
Elige la naturaleza
Si puedes, anima a tu pequeño a que practique la actividad que sea al aire libre. Explorar la naturaleza mientras monta en bici, juega con sus amigos al fútbol o, simplemente, camina contigo es una forma muy sana y divertida de mantenerse en movimiento.
Sé un modelo a seguir
Ten en cuenta que no se le puede pedir a un niño que haga algo que no ve en casa. Si quieres que sea físicamente activo, tú también debes serlo. Que el niño viva en un entorno dinámico, con juguetes para pasar tiempo al aire libre, bicicletas y otros elementos deportivos es de mucha utilidad. Asegúrate de que ven también cómo disfrutas haciendo deporte y transmíteles de paso la idea de que no ocurre nada si los objetivos no se consiguen a la primera. Lo importante es el proceso, no el resultado.
Crea rutinas
Crear un horario regular para la actividad física te ayudará a convertirlo en una rutina natural en su día a día.
Actividad física en familia
Es muy positivo que tú y toda la familia, si es posible, os involucréis en los juegos de tu hijo. Así, podréis pasar más tiempo de calidad juntos y disfrutar de la actividad física al aire libre. Planifica excursiones, rutas, paseos o días de natación en familia. También puedes invitar a sus amigos a que se unan, para que el rato sea para ellos aún más divertido. Lo pasarán tan bien, que estarán deseando repetir.
Limita el tiempo frente a pantallas
El uso de pantallas y la práctica deportiva son actividades contrapuestas. Cuanto más tiempo pase el niño con la primera, menos destinará a la segunda. Intenta que esto no ocurra y establece límites para el uso de la tele, el ordenador o el móvil.
Apúntale a actividades deportivas
Inscribe a tu hijo en el deporte o los deportes que sepas que le gustan (fútbol, natación, baile…) y así mejorará su técnica y conocerá a otros niños con sus mismos intereses.
Organiza cumpleaños activos
Es muy habitual ver cómo los niños se juntan en los cumpleaños para merendar (a veces, de manera no muy sana) alrededor de una mesa, pero la fiesta puede ser igual o más divertida si se incluye en el plan alguna práctica deportiva, que incluso se puede enmarcar en una temática que les llame la atención (piensa, por ejemplo, en sus dibujos animados favoritos).
Refuerzo positivo
Es importante que elogies a tu hijo cada vez que practique con éxito alguna actividad física. Esto le ayudará a desarrollar una sensación gratificante. Al contrario, no es aconsejable que le obligues o presiones para practicar deporte, ya que si lo conciben como una obligación no lo incorporarán voluntariamente a su vida diaria.Ahora ya lo sabes: deporte y salud van de la mano, así que cuanto antes animes a tu hijo a practicar habitualmente alguna actividad física estarás cuidando su bienestar, tanto físico como emocional.