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No cabe ninguna duda de que las redes sociales forman parte de la vida de los adolescentes. Con ciertas diferencias en cuanto a la frecuencia, la mayoría de ellos consume una o varias de las redes sociales más utilizadas en este momento (como por ejemplo Tik Tok e Instagram). Y, si aún no son usuarios activos de estas plataformas, es casi seguro que lo serán en el futuro más cercano. No en vano, las redes sociales están tan instauradas en nuestra sociedad que es muy difícil mantener a los niños y adolescentes al margen de ellas. De hecho, no es en absoluto necesario evitar que los adolescentes utilicen las redes sociales. Lo que sí debemos hacer es concienciarnos acerca de la importancia de educar en el buen uso de estos canales. Como en todos los demás ámbitos de la vida, los padres y madres han de educar, orientar y acompañar a sus hijos en la toma de decisiones acertadas y encaminadas a fomentar su autonomía, pero también a garantizar su seguridad, su salud y bienestar.
¿Que peligros suponen las redes sociales más utilizadas para los adolescentes?
Como todos sabemos, las redes sociales suponen un peligro para los adolescentes si no se usan correctamente. Entre los riesgos más importantes a considerar, destacan los siguientes:
- Ciberacoso: el acoso online o ciberacoso puede darse en forma de amenazas, insultos, exclusión social o difamaciones. Ocurre exactamente igual que en la vida real, pero con el preocupante distintivo del anonimato o del hecho de poder provocarlo a distancia. En cualquiera de los casos, la salud tanto mental como emocional de los jóvenes puede verse afectada, existiendo incluso la posibilidad de que padezcan estados graves de ansiedad o depresión.
- Ausencia de privacidad: es muy común que en redes sociales los adolescentes compartan todo tipo de datos e información sin pensar en las consecuencias. Ello puede llegar a comprometer su seguridad de muy diversas formas. Un ejemplo es la posibilidad de que caigan en manos de delincuentes o de que sean víctimas de alguna estafa.
- Consumo de contenido inadecuado para su edad: sin ningún tipo de control ni filtro, los menores pueden acceder sin ni siquiera darse cuenta a imágenes violentas, a pornografía o a mensajes que incitan al odio. Si esto ocurre, tanto su percepción del mundo como su salud emocional pueden acabar dañadas. Por eso es aconsejable hacer uso del control parental de las distintas plataformas.
- Adicción: las redes sociales son, lamentablemente, una de las adicciones en adolescentes más comunes. Tienen acceso a ellas de manera muy fácil, con tan solo pulsar una tecla en su smartphone, por lo que la probabilidad de que lo hagan varias veces al día es enorme, con las consecuencias que ello puede conllevar en áreas tan dispares como el rendimiento académico, la calidad del sueño o la falta de ejercicio físico.
- Problemas de autoestima: es casi inevitable que, si son usuarios de redes sociales, los chicos se comparen de una u otra forma con los demás. En estas plataformas es habitual que se compartan los mejores momentos y versiones de la vida (algo que hacen con mucha frecuencia los influencers) y ello puede llegar a afectar a la autoestima de las personas más inseguras, que son normalmente los más jóvenes.
- Desinformación: las redes sociales no son medios de comunicación, pero sin embargo en ellas los adolescentes se pueden nutrir de un sinfín de informaciones sesgadas y manipuladas, e incluso de bulos. En estas plataformas estos últimos corren como la pólvora. Todo ello puede incidir en su comprensión del mundo y en su capacidad para pensar por sí mismos con una visión crítica.
Beneficios del uso de las redes sociales
A pesar de sus muchos riesgos, las redes sociales también representan una oportunidad única para que los adolescentes mejoren muchas de sus habilidades y crezcan en varios aspectos. Estos son algunos ejemplos:
- Desarrollo de habilidades digitales: hoy en día, que los jóvenes se formen en competencias digitales es fundamental para su futuro profesional.
- Más relaciones personales: de no ser por las redes sociales, por la distancia y por los horarios del día a día los adolescentes mantendrían relaciones con un número muy limitado de personas, tanto amigos como familiares. Gracias a estas plataformas, el contacto es más sencillo y frecuente, lo que ayuda al intercambio de información, a fortalecer los vínculos y a conformar una red de contactos más amplia.
- Una herramienta para el aprendizaje: la cantidad de información valiosa para su formación a la que tienen acceso gracias a las redes sociales es muy grande. Ya lo era con la sola existencia de Internet, pero estas plataformas le acercan aún más a un sinfín de recursos útiles para ellos, como comunidades online, perfiles de expertos o tutoriales.
- Un impulso para la creatividad: estos entornos son ideales para que los más creativos puedan compartir o exponer sus obras (fotos, canciones, vídeos, etc.) y obtener así un valioso feedback y una gran repercusión que les empuje a continuar mejorando en su arte.
- Fomento de la conciencia y el compromiso social: igual que en las redes sociales hay contenidos perjudiciales para los adolescentes, también hay otros muchos contenidos positivos y útiles para fomentar la conciencia social y la solidaridad de los más jóvenes.
- Acceso a otras culturas: antes, viajar era imprescindible para tener una mente abierta, una mayor tolerancia y más bagaje cultural. Hoy, gracias a las redes sociales, parte de esos objetivos se consiguen sin tener que movernos de casa, por el sencillo acceso que tenemos a otras culturas y costumbres. Sin duda, esto propicia que mejore y se complete la visión que del mundo tienen los adolescentes y ayuda también a que se desarrollen más plenamente y crezca su empatía hacia los demás.
Todos estos beneficios son muy valiosos para los adolescentes y es por ello por lo que las redes sociales son una herramienta muy buena para su desarrollo. Sin embargo, no debemos olvidarnos de los riesgos que el uso de las redes sociales lleva aparejados. En este sentido, resulta vital que los padres y los educadores intenten fomentar la comunicación con los jóvenes y les inculquen ciertos límites. Sobre todo, es importante explicarles que los riesgos existen y que deben estar atentos para poder identificarlos y evitarlos antes de que sea demasiado tarde.
