¿Cómo influye la luz natural en el desarrollo de la miopía infantil?

Desde hace algún tiempo, los expertos están notando un claro y preocupante aumento de la miopía infantil. Varios factores entran en juego para que esto suceda, entre los que destacan los hábitos de vida actuales (recientemente marcados por la pandemia de la COVID-19), el aumento del uso de pantallas por parte de los niños a edades cada vez más tempranas, y, por lo tanto, más tiempo en actividades de visión de cerca, y la menor cantidad de tiempo que pasan al aire libre.Todo ello, según apuntan ya varios estudios, puede estar influyendo directamente en la salud visual de los más pequeños.

¿Por qué está aumentando la miopía entre los más pequeños?

No exageramos si calificamos la incidencia de la miopía infantil de epidemia a nivel mundial. Son numerosas las investigaciones que lo corroboran, pero podemos centrarnos concretamente en dos para extraer las conclusiones más relevantes:

• Progresión de la miopía en niños tras el confinamiento por la COVID-19: este estudio evaluó la salud visual de 100.000 niños de entre 6 y 13 años y confirmó un sustancial descenso en su agudeza visual. Se compararon los resultados con los de años anteriores y quedó clara la evidencia: la capacidad para enfocar objetos de lejos de los niños (en especial, de los que tienen entre 6 y 8 años) se ha reducido vertiginosamente. A los 6 años, se ha pasado de una prevalencia de la miopía del 5,7 % al 21,5%; a los 7 años, del 16,2% al 26,2%, y a los 8 años, del 27,7 al 37,2%. 
• Impacto del virus COVID-19 en los comportamientos de movimiento y juego de los niños: lo interesante de esta investigación es la comparación entre la actividad física y el tiempo al aire libre de los niños y el uso que hacen de las pantallas. Sin contar el tiempo dedicado a los deberes escolares, se vio que los niños de 8 años de edad pasaban una media de cinco horas diarias frente a algún tipo de pantalla. Y esto, lógicamente, supone un detrimento en la cantidad de tiempo que pasan jugando o haciendo deporte en el exterior.

Este es el nexo común de ambas líneas de investigación: la causa del aumento de la miopía infantil es la menor exposición indirecta a la luz solar. Y es que este tipo de luz natural impulsa la producción de dopamina ocular, un neurotransmisor que tiene la capacidad de frenar el alargamiento del ojo, logrando que su crecimiento en los niños se frene justo en el punto exacto para que no exista miopía.

Es muy importante tratar de poner límite a esta tendencia, ya que la miopía esconde además algunas complicaciones asociadas. Cataratas, glaucoma, o desprendimiento de retina son consecuencias posibles en la edad adulta.Pero, afortunadamente, además de al cambio de hábitos se puede recurrir a una serie de tratamientos que actualmente se enfocan de manera eficaz en frenar la miopía infantil:

• Gafas correctoras: son la primera medida que hay que tomar, y hay que hacerlo cuanto antes. Te recomendamos que, en cuanto empieces a notar los primeros signos de miopía en tu hijo (por ejemplo, que se frota mucho los ojos o que se acerca demasiado al libro o al ordenador), acudas a un profesional de la visión para comprobar si efectivamente tiene miopía. 
• Lentillas MiSight® 1 day: adicionalmente, se puede ir poco a poco acostumbrando a los niños a usar lentes de contacto MiSight® 1 day con un diseño óptico con ActiveControl® Technology, que han demostrado que son eficaces frenando el avance de la miopía desde el primer año de uso.
• Lentillas de uso nocturno: son un tratamiento algo más invasivo pero muy útil en los casos en los que el niño aún no es apto para llevar lentillas durante el día y cuidar adecuadamente de ellas. La razón es que su uso prolongado es capaz de modificar la córnea hasta conseguir una buena visión ralentizando también el crecimiento ocular.
• Gotas de atropina: aunque tiene ciertos efectos secundarios que hay que evaluar antes de aplicar, este tratamiento farmacológico frena el avance de la miopía también de forma significativa.

En definitiva, aunque la miopía en los niños no tiene cura, si existen varios métodos que se pueden aprovechar para frenar considerablemente su avance y reducir, así, el riesgo de padecer enfermedades asociadas en el futuro.

¿Cómo influye la luz natural en la salud visual de los niños?

De nuevo, nos apoyamos en un estudio científico para corroborar que la luz natural y todas las actividades que se desarrollen al aire libre ayudan a prevenir y frenar la miopía en los niños. En dicha investigación, se concluyó que los más altos niveles de actividad al aire libre se asocian directamente con una menor incidencia de la miopía en niños de 12 años.

Los detalles de este estudio arrojaron datos muy interesantes. Por un lado, los niños que combinaron poco tiempo al aire libre con niveles altos de tareas de cerca presentaron menos refracciones hipermétropes. Al contrario, los que invirtieron los factores y pasaron más tiempo expuestos a la luz natural tuvieron, de media, la refracción más hipermétrope. Relacionado con esto, las probabilidades más bajas de miopía se dieron (tras descartar otros factores, como los genéticos) en quienes pasaron más tiempo en el exterior.

En conclusión, queda claro a través de la evidencia científica que aumentar el tiempo que los niños pasan al aire libre propicia una menor incidencia de la miopía. Y este hecho, a su vez, confirma que una de las principales causas de la miopía (si no la más importante) es la poca cantidad de luz solar que el ojo recibe. En combinación con otros hábitos de la denominada Generación Z (los que han nacido entre los años 1995 y 2000, aproximadamente), como un estilo de vida sedentario, más horas de estudio y un mayor uso de las pantallas digitales, esta teoría explica por qué se está produciendo tal sorprendente incremento de la miopía en los niños.

No olvidemos, por tanto, que la luz solar no directa ejerce una protección ocular y reduce las probabilidades de padecer miopía infantil. Y que, en consecuencia, los niños que logran protegerse frente a esta alteración de la vista tendrán que hacer frente en el futuro a unas menores probabilidades de sufrir otras enfermedades oculares relacionadas.