La fatiga visual surge cuando los ojos se cansan por un uso excesivo de la vista. Dos ejemplos muy simples y frecuentes son conducir largas distancias o trabajar durante horas delante del ordenador o el teléfono móvil.
Como otras muchas afecciones de la vista, la fatiga ocular puede afectar igualmente a los niños, por lo que trabajar en su prevención desde que son bien pequeños es fundamental. Y es que, aunque no es grave, la fatiga visual puede resultar muy molesta para ellos. Además, en algunos casos puede ser un síntoma de otra enfermedad oculta.
¿Qué es la fatiga visual infantil y cuáles son sus síntomas?
Saberlo todo sobre la fatiga visual y sus síntomas te ayudará a detectar de forma temprana el problema y ponerle pronto una solución. Sin embargo, en la fatiga ocular los síntomas no tienen por qué ser siempre los mismos en todos los niños. A veces se presentarán todos, unos pocos o solo uno de ellos:
- Diversas molestias oculares, como picor, sensación de quemazón, escozor, lagrimeo o todo lo contrario, sequedad ocular.
- Dolor de cabeza cerca a la zona de los ojos.
- Hinchazón y enrojecimiento de los ojos.
- Dificultad para enfocar los objetos, que cesa al dejar de cansar la vista.
- Congestión nasal.
- Sensibilidad a la luz.
- Pesadez ocular (les cuesta mantener abiertos los ojos).
Causas de la aparición de fatiga ocular en los niños
Hay determinados factores de riesgo que pueden ser los causantes de la aparición de la fatiga ocular en niños:
- Mirar durante largos ratos las pantallas de los dispositivos digitales.
- Leer sin hacer descansos.
- Concentrar la atención en alguna actividad durante mucho rato.
- Exponerse a luces intensas o resplandores.
- Leer con muy poca o inadecuada luz.
- Exponerse al aire de un ventilador o al de un sistema de aire acondicionado.
- Estresarse demasiado.
- Padecer una enfermedad ocular subyacente.
En relación con la primera de las causas, el uso prolongado de móviles y ordenadores, podemos decir que es una de las más comunes actualmente, sobre todo en los más jóvenes. Tanto, que la Asociación Estadounidense de Optometría le ha puesto nombre: síndrome visual informático.
Se ha demostrado que los niños que miran pantallas durante dos o más horas seguidas todos los días tienen más probabilidades de padecer fatiga ocular. Y es algo que se debería evitar, ya que esta afección puede producir una disminución de las células del área macular y daños en la retina, entre otras consecuencias.
¿Qué ocurre en los ojos de los más pequeños cuando pasan demasiado tiempo mirando una pantalla? Pues que pestañean mucho menos, hasta el punto de pasar de los 22 parpadeos por minuto a los 13, o incluso hasta los 5.
Además, el riesgo se incrementa aún más si:
- Miran las pantallas a ángulos o distancias que no son las recomendadas.
- Se fijan en pantallas que emiten resplandor o reflejos.
- Emplean dispositivos con poco contraste entre el fondo y el texto.
¿Qué puedo hacer para prevenir la fatiga visual de mi hijo?
A menos que tu oftalmólogo te diagnostique una enfermedad ocular subyacente, el tratamiento de la fatiga visual consiste básicamente en cambiar los hábitos y las condiciones del ambiente de los niños. A continuación tienes una lista con los consejos más eficaces para prevenir y tratar la fatiga ocular en los niños:
- Usar adecuadamente los móviles y ordenadores: si tus hijos ya son mayores y necesitan utilizar estos dispositivos, intenta que el brillo de sus pantallas sea el suficiente como para que no tengan que forzar la vista, pero tampoco tanto como para que les deslumbre. En cuanto a la distancia a la pantalla, debe ser como mínimo de 35 centímetros.
- Hacer descansos en el uso de los dispositivos: ¿sabías que el aumento del uso de los móviles y ordenadores está haciendo que se incrementen los casos de miopía? Para evitar esto y también la fatiga ocular, es crucial que los niños hagan descansos entre clases y por la noche, por ejemplo. Así, además de esta afección se estará previniendo también el dolor de cuello o espalda.
- Utilizar la luz idónea cuando estén leyendo o estudiando: de lo contrario, tu hijo tendrá que forzar la vista para leer bien y tensará en exceso los músculos de los ojos. En cambio, con una adecuada iluminación, podrá relajar la vista y no sufrirá las consecuencias de la fatiga visual.
- Vigilar la postura corporal: no hablamos de que esté mejor o peor sentado (que también es importante por otros motivos), sino de que su asiento durante el estudio esté ubicado de tal forma que le permita tener la pantalla a la altura de sus ojos.
- Garantizar una buena calidad del aire: los niños no deberían estar expuestos a ambientes con humo o a aires que les pueden provocar sequedad ocular. Para curarte en salud, una opción es que instales humidificadores de aire.
- Si lo necesita, ponle lágrimas artificiales: son totalmente inocuas y sirven para humedecer rápidamente los ojos. Así, se aliviará su sensación de ojo seco y disminuirá su fatiga ocular.
Finalmente, te damos el consejo más importante de todos: asegúrate de que tu hijo no necesita gafas o, si ya las está usando, de que son las adecuadas para él. Llévale a que le realicen exámenes oftalmológicos de manera periódica y plantéate la posibilidad, si ya sabes que tú hijo tiene miopía, de cambiar sus gafas por unas con tratamiento antirreflejante. Esto constituye una importante ayuda para reducir y prevenir la fatiga ocular.
Los ejercicios, otra forma muy eficaz de prevenir la fatiga visual
Mediante unos sencillos ejercicios de repetición que los niños pueden hacer en unos pocos minutos, conseguirán tener un menor riesgo de padecer fatiga ocular. Algunos ejemplos son los siguientes:
- Movimientos circulares con los ojos.
- Mover los ojos de un lado a otro.
- Mover los ojos en diagonal.
- Moverlos de arriba a abajo.
- Parpadeos rápidos.
- Parpadeos lentos.
- Taparse los ojos.
Y, en general, recordarle que parpadee a menudo aunque esté concentrado en su actividad es también muy recomendable. En definitiva, se trata de que el ojo descanse lo suficiente de la actividad central en la que se está centrando en ese momento.