La revisión visual en la infancia es una cuestión de gran importancia a la que muchas veces no se le presta la suficiente atención. Hay mucho en juego para los niños, desde su progresión académica hasta su desarrollo intelectual y psicoemocional. Nuestro consejo es que no subestimes la utilidad de una revisión de la vista a una edad temprana, para detectar precozmente y tratar más eficazmente problemas como la miopía infantil.
La importancia de las revisiones visuales en los niños
En una revisión visual temprana el profesional detecta posibles alteraciones de la visión antes de que comiencen a interferir de forma significativa en el plano escolar y personal de los niños. Hablamos no solo de la miopía infantil, sino también del astigmatismo o de la hipermetropía.
Además, hay que tener en cuenta que en la infancia es cada vez más frecuente el uso de dispositivos electrónicos, y se ha demostrado que una exposición excesiva puede incrementar el riesgo de que los niños terminen padeciendo algunos de estos problemas de la vista, especialmente la miopía.Valora la posibilidad de llevar a tu hijo a una revisión visual cuanto antes, por varias razones:
- Detección precoz de problemas visuales: teniendo en cuenta que estos problemas pueden aparecer en cualquier momento, incluso desde que nacemos, ya hemos visto que una temprana revisión de la vista puede ayudar a diseñar un tratamiento más efectivo que evite problemas futuros desde el principio.
- Aprendizaje y rendimiento escolar: no es posible tener un buen desarrollo escolar si no se disfruta de una visión correcta. Los problemas no diagnosticados pueden marcar negativamente el rendimiento y la capacidad de concentración de los más pequeños.
- Desarrollo psicológico y social: con una buena visión, los niños son capaces de explorar mejor el mundo que les rodea y se relacionan con él y con los demás de una manera más plena.
- Coordinación y habilidades motoras: si los niños no ven bien, su coordinación y sus habilidades motoras pueden verse mermadas, y esto reduce de forma considerable sus capacidades para participar en un montón de actividades, especialmente las más lúdicas y deportivas. Ello, sin duda, podría terminar afectando a su salud general y a su bienestar.
- Prevención de problemas más graves en el futuro: la miopía infantil, si no se trata a tiempo y bien, puede acabar derivando en la edad adulta en complicaciones más importantes. Un ejemplo podrían ser los desprendimientos de retina.
- Fomento de buenos hábitos de salud visual: llevar a los niños a revisiones visuales desde bien pequeños les inculca la importancia de cuidar de su salud visual mediante buenos hábitos que es más probable que mantengan cuando crezcan.
Queda claro, entonces, que las revisiones de la visión son una pieza clave para asegurar el buen desarrollo visual de los niños, además de para garantizar su rendimiento académico y su salud en general.
¿Cómo ayuda a frenar la miopía infantil una detección precoz?
Los fallos de visión en la infancia son más sencillos de corregir. En cambio, si se deja pasar el tiempo, además de complicarse el tratamiento, podrían aparecer problemas más graves e inconvenientes a medio y largo plazo. Por eso, una detección precoz es básica para la toma de medidas preventivas y el establecimiento de un tratamiento que frene la progresión del problema y minimice sus efectos en la edad adulta.
En resumen, esto es todo lo que se consigue con una detección precoz:
- Inicio temprano del tratamiento: los profesionales de la visión pueden comenzar el tratamiento de inmediato, en cuanto se obtiene y se confirma la presencia de la miopía. Entre las diferentes opciones de tratamientos que existen está el uso de gafas o lentillas, que en algunos casos pueden contribuir no solo a corregir la visión, sino también a frenar la progresión de la miopía infantil.
- Controles y seguimientos adecuados: si se identifica el problema pronto, es frecuente que se establezcan visitas periódicas para realizar un mejor seguimiento de su evolución. Así, el ajuste de la graduación de las gafas o de las lentillas será mucho más exacto y adaptado a sus necesidades.
- Consejos profesionales: los especialistas de la visión no se limitan únicamente a prescribir el uso de lentes de contacto o gafas, sino que su labor va mucho más allá. En los centros visuales, pueden aconsejar a los niños a pasar más tiempo al aire libre, a usar menos las pantallas, a leer a la distancia adecuada y a realizar descansos frecuentes de la vista.
- Control de factores de riesgo: precisamente los consejos anteriores pueden alejar a los niños de los factores de riesgo que incrementan las probabilidades de padecer más problemas oculares.
- Menos complicaciones adicionales: ya hemos visto que una detección inadecuada o tardía aumenta los riesgos de que los niños sufran otras complicaciones relacionadas con su vista en la edad adulta. En esos casos son más habituales las cataratas, el glaucoma o el ya citado desprendimiento de retina.
¿Cuándo debo empezar a hacer revisiones de la vista a mi hijo?
Nuestro consejo es que prestes mucha atención a la vista de tu hijo desde el principio. Incluso cuando son bebés, hay algunos signos que pueden indicar que padecen, por ejemplo, miopía. Si abren y cierran los ojos con mucha frecuencia o si se acercan demasiado a sus juguetes para jugar con ellos, deberías sospechar y llevar a tu pequeño a una revisión visual cuanto antes, sin importar su edad.
Si, en cambio, no notas ningún signo extraño, sigue siendo recomendable que los más pequeños acudan a revisiones justo antes de comenzar el colegio, a los 5 o 6 años. Así, te garantizarás que no existe ningún problema visual y que su rendimiento escolar no se va a ver afectado.
A partir de aquí, el consejo de los expertos es que se someta a los niños a revisiones periódicas (normalmente 1 al año), para tener la tranquilidad de que no surge por sorpresa ningún problema inesperado. Aunque, si existe en el niño algún defecto visual específico, es probable que el profesional de la visión acorte los periodos entre revisiones.