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La miopía infantil es un defecto de la vista que afecta negativamente a la capacidad de los niños para ver bien los objetos más distantes. Aunque no es un trastorno grave, sí es importante detectarlo cuanto antes para impedir que se agrave o dé lugar a otras complicaciones relacionadas.
Hay determinadas señales que pueden indicarte que tu hijo tiene miopía y que, por tanto, necesita recurrir a gafas y lentes de contacto para corregir su visión, por ejemplo, que entrecierre mucho los ojos cuando se fije en objetos lejanos, que se acerque demasiado a ellos (sobre todo, a los libros y a la televisión), que se frote mucho los ojos, que se queje de dolores de cabeza o que su rendimiento escolar comience a verse afectado.En cuanto empieces a observar alguna o varias de estas señales, te recomendamos que lleves a tu hijo a revisión para que un profesional de la visión determine si necesita usar lentes de contacto para la miopía. Este es un paso que conviene que des cuanto antes, ya que, de lo contrario, es muy posible que la miopía siga aumentando. Y, para evitarlo, lo más probable es que los especialistas te aconsejen recurrir a lentillas diarias o a lentillas mensuales.
Lentillas diarias. ¿Cuándo escoger esta opción?
Las lentes de contacto desechables diarias se caracterizan por ser de un solo uso. Es decir, se utilizan únicamente una vez y después se tiran. Cada par de lentillas se presenta en paquetes esterilizados y no se deben guardar ni reutilizar. De esta forma, este tipo de lentillas proporcionan una visión cómoda y nítida a los niños sin que tengan que preocuparse por limpiarlas, desinfectarlas ni guardarlas. Y es que, después de su uso, los niños simplemente tienen que tirarlas a la papelera. En las siguientes circunstancias, es lógico que prefieras que tu hijo use lentillas diarias:
- Para disfrutar de una mayor comodidad: precisamente por lo que acabamos de comentar, los niños no necesitan llevar consigo o tener localizado un estuche donde guardar sus lentillas diarias ni tampoco una solución de limpieza para higienizarlas. Esta es una opción para los niños minimizando la probabilidad de que surja cualquier posible complicación.
- Si el uso de lentes de contacto es ocasional: por ejemplo, cuando el niño va a practicar cualquier deporte. En esos momentos, poder llevar lentillas es una ventaja importante, que se puede complementar perfectamente con el hecho de llevar gafas en el resto de las actividades y momentos del día.
- En caso de alergia o sensibilidad ocular: cuando los niños con sensibilidades o alergias oculares emplean lentes de contacto estériles cada día, se arriesgan menos a que se acumulen patógenos en sus lentillas, lo que, a su vez, es útil para reducir las reacciones alérgicas y la irritación en los ojos.
- Si las variaciones en la graduación son frecuentes: hay ocasiones en las que las variaciones de graduación son más habituales que en otras. Si esto sucede, al usar lentillas diarias se podrá actualizar más fácilmente la prescripción y ajustarla a las necesidades del niño en cada momento, sin pensar tanto en el medio o largo plazo.
Lentillas mensuales. ¿Cuáles son sus ventajas?
Por su parte, las lentillas mensuales son las que se han diseñado para poder ser usadas durante un mes. Después de ese tiempo, se deben desechar y cambiar por otro par de lentes de contacto.
Lo que caracteriza a las lentillas mensuales es que se han fabricado con materiales más resistentes, que permiten que se puedan utilizar durante 30 días, todas las veces que se quiera cada día. Entre cada uso, los niños deben asegurarse de limpiar adecuadamente sus lentes de contacto mensuales y guardarlas en su estuche, tras limpiarlas con la solución correspondiente.Si no sabes muy bien qué opción elegir, incluso después de haber leído nuestras recomendaciones, te animamos a consultar con un especialista. Él tendrá en cuenta todas las circunstancias personales y oculares del niño, así como sus preferencias y necesidades, y te recomendará la que considere que es la mejor solución para vuestro caso particular.
