La miopía en niños y adolescentes es una de las mayores preocupaciones para los padres. Esta anomalía del ojo, que produce visión borrosa y dificultad para enfocar objetos lejanos, es cada vez más habitual entre la población mundial. Y es que, debido a las condiciones de vida actuales, este problema de salud visual aparece en edades cada vez más tempranas, tal y como demuestran algunos estudios.

Frenar el crecimiento de la miopía, controlar sus efectos y evitar problemas de salud visual mayores es sin duda el objetivo de aquellos padres que por desgracia deben lidiar con ella. A continuación, vamos a explicarte todo lo que debes saber sobre miopía en niños, desde qué tipos existen o cuáles son las causas de su aparición, hasta cómo detectarla y qué tratamientos hay disponibles.

Tipos de miopía en niños y adolescentes

La miopía infantil puede aparecer de forma temprana por diferentes motivos y causas. Actualmente, y debido al cambio de hábitos sufridos en las últimas décadas en nuestra forma de vida, esta anomalía visual afecta cada vez a más niños y adolescentes alrededor de todo el planeta. Actualmente se han detectado dos tipos de miopías en niños:

• Miopía patológica o hereditaria: la causa es principalmente genética. Los pequeños la heredan de sus padres o ascendientes más cercanos y la empiezan a desarrollar de forma muy temprana, a los 3 o 4 años. Se trata de un defecto congénito de progresión rápida que debe tratarse lo antes posible. 
• Miopía simple o escolar: este tipo de miopía en niños se desarrolla a lo largo de la etapa infantil y dentro de la edad escolar (entre los 8 y 18 años). Las causas suelen estar directamente relacionadas con el esfuerzo visual realizado en el aula y las tareas escolares. Inicialmente presenta pocas dioptrías que van aumentando hasta estabilizarse.

Por otro lado, cuando hablamos de tipos de miopía también es necesario diferenciar el grado o nivel de dioptrías, que es la unidad de medida que permite conocer la graduación de los ojos. Cuanto mayor es el número de dioptrías, mayores dificultades de visión se presentan. Por ello es muy importante aplicar un tratamiento temprano que permita ralentizar el crecimiento de la miopía. Se diferencia entre:

• Miopía leve o baja: 3 dioptrías o menos. 
• Miopía moderada: de 3 a 6 dioptrías. 
• Miopía severa o alta: 6 dioptrías o más.

2. Causas de la miopía infantil

La miopía afecta a un 9 % de los niños en edad de preescolar, un 9 % de los niños en edad escolar y un 30 % en adolescentes. Estas cifras son muy parecidas en toda Europa y se reproducen en la población adulta, elevando este problema al nivel de pandemia. Por si fuera poco, se prevé que en el 2050 el 50 % de la población sufra este trastorno. Por estos motivos, los profesionales de la salud visual se preguntan qué está ocurriendo y cómo podemos frenar el aumento de la miopía, poniendo máxima fijación en la niñez. Debemos recordar que la miopía es un defecto de refracción en el cuál los rayos de luz no llegan a enfocarse en la retina y lo hacen por delante creando un círculo de borrosidad en la retina. Son dos las principales causas:

• Cuando el globo ocular es demasiado largo de adelante hacia atrás.
• Cuando la córnea del ojo se curva demasiado.

Pero ¿por qué se está viendo un aumento de estos problemas en niños y adolescentes? Más allá de los problemas hereditarios, las causas de la miopía infantil parecen estar relacionados con las condiciones de vida actuales:

• Sustitución de la luz natural por la luz artificial.
• Convivencia en espacios cerrados.
• Falta de tiempo al aire libre.
• Lectura y trabajos a corta distancia.
• Mayor frecuencia de uso de dispositivos electrónicos.

3. Síntomas que presenta la miopía infantil

La miopía infantil suele presentar una serie de síntomas que son comunes en la mayoría de los casos, sin importar cuál sea el origen de este defecto visual. Entre los más habituales encontramos:

• Visión borrosa: el pequeño se queja de que no ve con suficiente claridad algunos objetos lejanos, como por ejemplo la pizarra en la escuela. 
• Forzar la vista: algunos niños no suelen compartir su falta de visión por costumbre o desconocimiento. Lo que ocurre en estos casos es que fruncen el ceño y entrecierran los ojos para tratar de enfocar adecuadamente los objetos lejanos. 
• Picor de ojos: cuando forzamos la vista, los ojos se secan más de lo habitual, provocando irritación, picor de ojos y parpadeo frecuente. A causa de esto, los niños se rascan con mayor frecuencia, lo que aumenta la irritación y el enrojecimiento. 
• Dolores de cabeza: la falta de visión y forzar la vista a menudo puede hacer que aparezcan dolores de cabeza. Si no existe ningún otro problema de salud, las jaquecas regulares son un gran indicativo de problemas de visión.

Debes tener en cuenta que estos síntomas aparecen de una forma muy habitual, también es posible desarrollar miopía sin que ninguno de estos síntomas aparezcan. Aunque pueden ayudar a los padres a detectar y frenar la miopía en niños, ante cualquier duda lo mejor es consultarlo con un profesional de la salud visual y realizar un examen visual ante cualquier sospecha. 

4. Factores que ayudan a detectar la miopía en niños

La miopía en niños y adolescentes es relativamente fácil de detectar, pero en ocasiones, es probable que no se manifieste de forma tan evidente. Incluso algunos niños, sobre todo cuando se trata de miopía hereditaria, no acusan la falta de visión, puesto que simplemente han convivido desde muy pequeños con este problema y creen que se trata de algo normal. Por este motivo, los padres deberán permanecer atentos tanto a los síntomas como a las diferentes señales que pueden presentarse durante el día a día de sus hijos. Estas son algunas de las situaciones que pueden ayudarte a detectar la miopía en niños.

• Pizarra: el niño pide cambiarse de sitio en clase porque no puede ver la pizarra o se acerca más de lo debido a esta para poder ver lo que pone. Es necesario contar con la ayuda de los profesores. 
• Televisor: de la misma forma, puede que en casa tu hijo se acerque más de la cuenta a la televisión. Aunque esto es algo bastante habitual en estas edades, hay que distinguir entre una manía o un problema para verla desde lejos. 
• Objetos: de la misma forma, los niños que están desarrollando miopía acercan su cara a ciertos objetos, como por ejemplo a la hora de mirar o leer su cuento favorito, o incluso a la hora de utilizar una tablet. 
• Personas: esta situación también puede darse con personas. Cuando los niños no son capaces de reconocer adecuadamente a sus familiares o conocidos a largas distancias, esto puede indicar algún problema de visión. 
• Fracaso escolar: es muy habitual que los niños con miopía tengan dificultades a la hora de estudiar y seguir el ritmo normal de estudio. De hecho, el 30 % del fracaso escolar está relacionado con alteraciones de la visión no diagnosticadas. 
• Movimientos extraños: estirar el cuello, echar la cabeza hacia adelante o achinar los ojos de manera frecuente son buenos indicadores de que existe algún problema de visión. 
• Estrabismo u ojo vago: aunque es más común en pequeños pacientes con hipermetropía, también es posible que un niño con miopía presente ojo vago o estrabismo (tuerce o desvía uno o ambos ojos).

5. ¿Cómo tratar la miopía infantil?

Si has detectado algunos de estos síntomas en tu hijo o ya ha sido detectada la miopía infantil tras realizar una revisión visual, puede que te estés preguntando cuáles son los tratamientos disponibles y cómo de efectivos son. Veamos cuáles son las opciones más habituales.

Gafas graduadas para niños

Para frenar el crecimiento de la miopía en niños la mayoría de padres optan por el uso de gafas graduadas con cristales especiales. Como sabemos, se trata de una solución que permite a los niños recuperar su rango de visión y hacer que la mayoría de síntomas anteriormente mencionados se diluyan. 

Para ello, tan solo es necesario realizar una revisión visual para confirmar la miopía y determinar el número de dioptrías de los ojos del pequeño. Una vez confirmada, será momento de acudir a cualquier centro visual para seleccionar los lentes y las monturas más adecuadas para tu hijo. 

Es necesario prestar mucha atención en la elección de la montura, pues esta debe ser adecuada para su edad y sus actividades diarias. Incluso es importante que el aspecto de las gafas sea a gusto del pequeño, ya que de lo contrario podría negarse a ponérselas.Las gafas graduadas con cristales especiales evitan un desarrollo más agresivo y rápido de las dioptrías, por lo que es una solución para frenar el crecimiento de la miopía en niños.

Lentes de contacto

Otra opción disponible para tratar la miopía en niños y adolescentes es el uso de lentillas. A nivel de tratamiento, las lentillas de uso común tienen la misma eficacia que las gafas tradicionales, así que las únicas diferencias las encontramos en cómo se utilizan, la comodidad que ofrecen y que se trata de una solución invisible.  

El uso de lentillas para miopía en niños es cada vez más habitual, ya que les dan más autonomía, no les limita a la hora de realizar algunas actividades y los iguala con sus compañeros. Su uso puede darse a partir de los 6 o 7 años, a partir de 8 a 10 ya pueden ponérselas y quitárselas de forma independiente. 

Además, y gracias a la evolución de la tecnología de lentes de contacto para niños, se han creado nuevas soluciones como la de MiSight® 1 day. Tras un estudio de 7 años de duración, se ha demostrado que las lentes de contacto MiSight® 1 day pueden ralentizar el crecimiento de la miopía en niños hasta un 50 %. 

¿La miopía infantil se puede operar?

Algunos padres también se preguntan si es posible frenar la miopía en niños a través de cirugía refractiva, una solución práctica cada vez más empleada en adultos. Sin embargo, debes saber que este tipo de operación no es una solución recomendada en la mayoría de los casos a causa de diversos motivos. 

El primero y más importante es que la cirugía refractiva corrige la miopía pero no detiene su evolución. Como los ojos continúan desarrollándose durante toda la infancia y adolescencia, la miopía puede seguir evolucionando (incluso más allá de los 18 años). Para realizar este tipo de operación es necesario que el crecimiento de la miopía se haya detenido al menos durante 2 años. 

Por otro lado, la colaboración del paciente es también clave cuando hablamos de los cuidados pre y postoperatorios. Los niños pueden tener dificultades para seguir las instrucciones, como por ejemplo no frotarse los ojos tras la operación. Además, existe un mayor riesgo de que aparezcan problemas postoperatorios, como infecciones o dificultades a la hora de cicatrizar. 

Otros tratamientos

• Atropina: algunos estudios recientes han demostrado que una dosis baja de atropina en forma de gotas puede ralentizar la progresión de la miopía en niños. 
• Lentes multifocales: las lentes multifocales corrigen la visión borrosa a distancia a la par que difuminan la visión periférica. Esto puede limitar el crecimiento de la miopía. 
• Lentes de contacto de ortoqueratología: las lentes ortho-K se usan de noche para aplanar la córnea y desacelerar el crecimiento anormal del globo ocular.

6. Hábitos saludables para frenar la miopía en niños y adolescentes

Por desgracia, y a pesar de los muchísimos avances de la medicina en las últimas décadas, no existe (por el momento) una cura definitiva para la miopía en niños y adolescentes. Como hemos visto, existen varias soluciones efectivas que permiten corregir los problemas de visión y frenar el desarrollo de la miopía cuando ésta ya ha aparecido.