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Los beneficios de la vitamina D sobre la salud infantil son ampliamente conocidos por todos. Pero ¿sabías que esta vitamina cumple también una función esencial relacionada con la salud visual de los niños?
A continuación, analizamos el papel que cumple la vitamina D en el desarrollo de los más pequeños, así como las consecuencias de un déficit de este nutriente sobre la salud visual infantil. Además, te explicamos de qué fuentes se puede obtener vitamina D para evitar ese desaconsejable déficit en la infancia.
¿Qué importancia tiene la vitamina D en la salud visual de los niños?
Una de las principales funciones fisiológicas de la vitamina D reconocidas por la comunidad científica es la mineralización del esqueleto. Mediante su capacidad para optimizar la absorción de calcio en el intestino, consigue garantizar la normal calcificación durante la etapa de crecimiento y la adecuada mineralización de la superficie de los huesos.
Aunque los niños tomen muchos alimentos ricos en calcio, si no cumplen con una aceptable ingesta de vitamina D, su cuerpo no logrará absorberlo. Algo que, con el paso de los años, puede derivar en serios problemas, como debilidad muscular u osteoporosis.
Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1521690X11000741
Consecuencias de la falta de vitamina D
En relación con la salud infantil en general, son varios los estudios (fuente) que evidencian el vínculo que existe entre la falta de vitamina D y el surgimiento de osteomalacia y raquitismo en los niños. En esto consisten estas dos enfermedades:
- Raquitismo: es una enfermedad que está provocada por la ausencia de calcio suficiente en los huesos. Cuando un niño la padece, suele presentar deformidades y alargamientos en los huesos, así como ensanchamiento del hueso de la muñeca. Si hablamos de lactantes, las consecuencias pueden ir desde la hipotonía (bajo tono muscular) hasta el fallo cardíaco.
- Osteomalacia: es una enfermedad que se manifiesta en adultos, pero que tiene su origen en la infancia. En ella, los huesos se vuelven más blandos y presentan ciertas deformidades por culpa de la falta tanto de calcio como de fósforo.
Queda patente, de esta forma, la importancia que tiene la vitamina D sobre el crecimiento y el adecuado desarrollo de la salud ósea en los niños. Y también se demuestra la influencia que tiene una óptima ingesta de vitamina D durante la infancia en el menor riesgo de pérdida de fuerza y masa ósea.
Fuentes:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1521690X11000741
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1665-11462015000400225&script=sci_arttext
También tenemos que hablar de diversos beneficios de la vitamina D en lo que respecta a la salud visual de los más pequeños, que es el tema que principalmente aquí nos ocupa. Pero ¿cómo se produce exactamente ese efecto en los niños?
En el ojo (fundamentalmente, en la retina) encontramos varios receptores de vitamina D que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo ocular, pero también en la adecuada funcionalidad de las células oculares. En particular, la retina es una fina capa sensible a la luz que se localiza en la parte de detrás del ojo y es esencial para la buena visión. Pues bien, si existe deficiencia de vitamina D, es posible que la formación de la retina se vea afectada.
A través de la exposición directa de la piel a la luz solar y de la ingesta de determinados alimentos o suplementos, es posible obtener este aporte de vitamina D. Si no es suficiente, puede asociarse a un mayor riesgo de desarrollo de problemas oculares, entre los que podemos mencionar la miopía, el ojo vago o distintas enfermedades oculares inflamatorias.Otro de los beneficios de la vitamina D es su implicación en el sistema inmune, ya que nos protege frente a infecciones oculares, como, por ejemplo, la conjuntivitis. Sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, por otra parte, protegen a los tejidos oculares y reducen el riesgo de padecer enfermedades oculares, como pueden ser la retinopatía diabética o la degeneración macular.
Fuentes para obtener vitamina D
Aunque adquirir suficiente vitamina D debería ser una prioridad para todos los niños y adultos, es, en estos casos, en los que se hace aún más necesario:
- Lactantes: la leche materna no contiene vitamina D, por lo que, si esta es su única fuente de alimentación, se debe considerar la toma de suplementos.
- Adultos de avanzada edad: para prevenir problemas relacionados con los huesos.
- Personas con piel oscura: que no la pueden producir de manera natural al exponerse a la luz solar.
- Personas con obesidad.
- Quienes estén afectados por la celiaquía, la enfermedad de Crohn o por anomalías en el control de las grasas.
Como ves, no solo para los niños es importante asegurar una correcta dosis de vitamina D. Conviene, en todos los casos, tener presentes cuáles son las principales fuentes de vitamina D a las que se puede y debe recurrir para disfrutar de un adecuado aporte de este nutriente:
- La exposición solar: podemos decir que es la principal fuente de vitamina D. Cuando una piel se expone a la luz solar, comienza a producir esta vitamina. Sin embargo, es importante recordar que hay que tener cuidado con la excesiva exposición a la luz del sol, que, a su vez, puede ser muy perjudicial para la salud ocular. Lo mejor, por tanto, es tener una exposición solar controlada.
- Los alimentos ricos en vitamina D: ciertos alimentos son muy ricos en vitamina D y pueden ser el complemento ideal a la citada exposición solar de forma controlada. Algunos ejemplos son los huevos, los lácteos y los pescados grasos.
- Los suplementos: en ciertos casos, es conveniente reforzar la obtención de vitamina D a través de la alimentación y la exposición solar con la toma de suplementos alimenticios, si el aporte por estos medios no resulta suficiente. Aun así, esta es una decisión que debe tomarse siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud.
Como has podido comprobar, los beneficios de la vitamina D en la salud ocular de los niños están claros, aunque hay que recordar que no es el único factor que ejerce esta influencia. Otros, como la dieta, pasar tiempo al aire libre, limitar el uso de las pantallas y someterse con regularidad a exámenes visuales juegan también un papel crucial.
